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La dialéctica del amo y el esclavo en «El ángel exterminador» de Luis Buñuel |
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El desarrollo de la filosofía occidental ha tenido diferentes
rutas y momentos, pero sus orígenes más puntuales —al menos de la filosofía
occidental— se ubican en la antigua Grecia. Un grupo denominado como los
filósofos presocráticos son los considerados como los primeros pensadores que
aportaron elementos al pensamiento filosófico. Tales de Mileto es considerado
el primer filósofo griego, entre otros pensadores están: Anaximandro,
Anaxímenes, Parménides de Elea, Pitágoras, Protágoras —quien se consideró ya
como un filósofo como tal, como un amante
de la sabiduría—, Heráclito,
Anaxágoras, Empédocles y Demócrito.
Posteriormente emerge la
figura de Sócrates. A diferencia de otros pensadores, Sócrates no dejó escrita
su obra, así que su filosofía es conocida por medio de otros filósofos, entre
ellos Platón. Sócrates es de alguna forma el fundador de la «ética» ya como una
parte sólida de la filosofía. Es conocido el capítulo que encierra sus últimos
días; fue acusado por la ley por corromper a la juventud. Durante su juicio un
amigo suyo —Critón— le ofreció su ayuda para que pudiera escapar de prisión.
Sócrates rechazó su consideración argumentado que las leyes existían y tenían
sentido cuando se respetaban. Este capítulo está recogido en uno de los
diálogos de Platón, tiulado precisamente Critón.
La figura de Platón resulta importantísima para la cultura occidental, y su
pensamiento es el que viene a fundamentar, solidificar y sistematizar la
metafísica. Su influencia sobrevivió por siglos, incorporándose y fundiéndose
con el pensamiento cristiano. Aristóteles por su parte es quien incorporó a la
filosofía el racionalismo y la ciencia, postulando categorías importantes a los
entes, que siglos después retomarían otros filósofos.
En la filosofía
medieval sobresalen principalmente las figuras de San Agustín y de Santo Tomás
de Aquino. San Agustín postula la teoría de la Iluminación. En la edad moderna
sobresale la figura de Descartes. En la filosofía idealista se encuentran Kant
y Hegel, que son quienes aportan elementos a la mentalidad moderna.
«El ángel
exterminador» de Luis Buñuel
En 1962 se filma «El ángel
exterminador» dirigida por Luis Buñuel y producida por Gustavo Alatriste. Los
hechos de la película tienen lugar en la calle Providencia en la ciudad de
México; donde un grupo de burgueses, después de la ópera, se prepara para
asistir al banquete que ofrecerá la familia Nóbile. Durante la velada tienen
lugar sucesos extraños, manejados con un humor particularmente «extraño», como
si los burgueses disfrutaran de hacer bromas a la servidumbre como poner un
hilo atravesado junto a la mesa del corredor para que le mesero resbale,
cambiar a un oso de habitación o mover a los corderos de la sala.
Repentinamente, cada uno de los miembros de la servidumbre se va retirando,
cada uno exponiendo diferentes razones aunque en cada uno de ellos se nota
cierta ansiedad por abandonar la mansión. Al finalizar la merienda los
invitados pasan a escuchar el recital de piano de una de las invitadas, luego
charlan y beben tragos. Los invitados pasean y deambulan por la mansión, y
nadie se retira, pues todos esperan que alguien lo haga primero para poder
hacerlo también. Más tarde, se dan cuenta de que no pueden abandonar la
mansión, al parecer hay una barrera imperceptible1 que obstruye la
salida del salón en el que se encontraban. Los minutos van pasando, después las
horas, luego los días y hasta los meses posteriormente. Entre algunas de las
cosas que suceden durante el encierro, destacan el romance entre dos invitados,
el acceso al agua abriendo un muro y rompiendo la tubería y, en especial, la
muerte de uno de los invitados. Poco a poco los alimentos, el agua y las
medidas sanitarias van disminuyendo, provocando en los invitados el brote de
actitudes lejanas a la cordialidad y el refinamiento, terminando en una especie
de «salvajismo».
Hay al parecer,
una alusión al mito del «eterno retorno» de Nietzsche. Antes de que por fin
puedan salir de la habitación, se dan cuenta que han adoptado una posición en
el salón de acuerdo a como se habían acomodado por primera vez, es decir, cada
uno de los invitados regresa al asiento que había adoptado al inicio, y no sólo
el asiento, si no la postura física, rasgos, e incluso la misma melodía que el
personaje de Blanca, la pianista, se
toca nuevamente.
La dialéctica
del amo y el esclavo de Hegel
Hegel es quien desarrolla plenamente la filosofía idealista. En
su Fenomenología del espíritu trata
temas como la explicación de la historia por medio de la dialéctica, y dentro
de su explicación incluye lo que denomina como su «dialéctica del amo y el
esclavo», una dialéctica que le ayuda a Hegel a explicar el inicio de la Historia
(entendido como el inicio de la humanidad). De acuerdo con él, la Historia inicia
cuando dos conciencias deseantes se
enfrentan.
Hegel comienza diferenciando
la conciencia animal de la conciencia humana, y posteriormente los deseos animales y los deseos humanos. Para Hegel la conciencia
animal está en relación a la supervivencia,2 es decir, que el animal
desea «cosas» naturales, o dicho de
otra manera, busca alimento. Así, el deseo animal es el deseo de sobrevivir.
Para Hegel pues, la conciencia es deseo. La conciencia humana parece
desenvolverse en otros planos. El hombre busca su otredad. La conciencia humana
desea que la conciencia del otro lo reconozca, es decir, un yo busca el reconocimiento del otro. Dicho de otra manera, el «deseo
humano» desea el deseo del otro. Así se desarrolla una lucha a
muerte, por ver quien somete su reconocimiento por el otro. Dos conciencias
deseantes establecen una lucha a muerte. Esta lucha llega a su resolución en
determinado momento. Su resolución llega cuando una de las conciencias
deseantes cede, una de las conciencias deseantes da paso al «temor», al temor
por la muerte, y la otra conciencia obtiene el reconocimiento del otro:
La Acción se da en primer lugar en la lucha del Amo —lucha de
puro prestigio— con miras al Reconocimiento. Esa lucha es esencialmente una
lucha a muerte. Y para Hegel es la forma en la que se le muestra al Hombre su
Negatividad (su conciencia de muerte). Así la Negatividad de la muerte y la del
trabajo estarían estrechamente ligadas.3
Así se establece una figura
dominante, es decir, se establece la figura del «amo». La figura del «esclavo»
es la conciencia deseante que termina por reconocer al otro. Pero aquí el movimiento diálectico no se detiene, porque al
establecerse la dos figuras de «amo» y «esclavo», el amo ahora ya no es un ser
autónomo, es decir que ya depende de su figura opuesta (antitética; además se
da cuenta de que en realidad ese reconocimiento que buscaba por parte de la
otra conciencia deseante, es decir, el esclavo, no se realiza genuinamente). Ya
establecidas las dos figuras, el esclavo trabaja para el amo, así, el esclavo
recibe sólo el producto del trabajo del esclavo pero no su reconocimiento. Para
Hegel aquí se cimentarían las bases de la cultura, a partir de una relación
dialéctica: «Desde entonces la humanidad se divide en dos clases: la de los
hombres soberanos, que Hegel designó con el nombre de Amos (Herren), y la de
los esclavos (Knechten) que sirven a los Amos.»4 El esclavo al
transformar la materia por medio del trabajo, comenzaría con la cultura
(humana). Y paradójicamente, el esclavo al estar más apegado a la naturaleza y
al trabajo, su espíritu tiene un
mayor desarrollo que el del amo, desarrolla una postura activa y el amo una
postura pasiva, incluso el esclavo estaría más cerca de la libertad, al desarrollar su espíritu; se produce una inversión de
figuras.
En términos conceptuales o
dialécticos habría primero una «afirmación» (cuando el esclavo reconoce al amo),
luego habría una «negación» (cuando en realidad el esclavo no reconoce al amo
sino sólo trabaja para él), y finalmente una «negación de la negación» (cuando
las figuras se invierten). Así tendríamos finalmente: tesis, antítesis y
síntesis.
La
«dialéctica del amo y el esclavo» y «El ángel exterminador»
Por lo anterior, podemos conjeturar que el filme de Buñuel puede
ser leído a partir de la «dialéctica del amo y el esclavo» de Hegel aunque, por supuesto, sea
difícil argumentar si el director estaba utilizando el pensamiento de Hegel al
rodar la película. Pero —a mi parecer— es posible utilizar la tesis hegeliana
para comprender mejor el filme. En términos hegelianos, la servidumbre
desarrollaría de forma más intensa su espíritu, incluso se podría decir que que
la servidumbre desarrolla más sus capacidades humanas (el trabajo por ejemplo)
que el grupo de burgueses; así tomaría sentido que al inicio de la película la servidumbre
escape y a la libertad, y los burgueses queden confinados dentro de su mansión,
la mansión que representaría el lujo, el ocio, etc.
Al estar
atrapados los burgueses se ven orillados a que emergen sus comportamientos más
primigenios, alejándose cada vez más de lo humano y acercándose a lo animalesco, en
analogía con la «dialéctica del esclavo y el amo» de Hegel.
NOTAS
1. Aunque está “barrera” podría ser también una metáfora sobre las
convenciones sociales en las que se opera en relación a lo establecido, cercano
posiblemente a lo que Heidegger denomina como «determinaciones».
2. En términos aristotélicos podríamos decir que la «conciencia animal»
busca la supervivencia, es decir, sería como la causa final de los «entes»
animales.
3. Georges Bataille, «La felicidad, el
erotismo y la literatura» Adriana Hidalgo, Buenos Aires, 2005, p. 312.
4. Íbid, p.
313.
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